El 20 de mayo se inauguró la Feria Internacional de las Culturas Amigas 2017. A la par de las distintas sedes de esta edición, Paseo Parián (la intervención en zócalo diseñada por Colectivo de UNO) abrió sus puertas y hasta el 4 de junio recibirá paseantes deseosos por acercarse y conocer otras culturas.
Paseo Parián ubicado en la Plaza de la Constitución ya lleva unos días siendo utilizada por cientos de miles de personas. El proyecto se compone por cuatro plazas de distintas escalas, condiciones y ambientes, definidas por tres cuerpos curvos que contienen los noventa y cuatro puestos ocupados por embajadas y servicios. La cubierta de cada cuerpo es de colores distintos lo que ofrece ambientes diferentes al interior de las estructuras, al igual que al exterior. La curva azul, ubicada al poniente, crea una plaza en la que se encuentra una grada de descanso que es utilizada sobre todo por la tarde, cuando el calor es más tenue. Esta plaza se transita por los visitantes de la feria, pero también por quienes buscan cruzar la plancha por el eje que conecta 20 de Noviembre con Catedral. En la plaza de la curva roja, ubicada al sur, se encuentra el foro de conciertos que fomenta el uso de esta explanada, a pesar de estar bordeada por vallas. La curva verde abraza el Pabellón CDMX planteado para proyecciones cinematográficas y otros eventos, como conferencias. Éste tiene un pórtico de descanso techado que está lleno durante gran parte del día. La plaza verde es la menos utilizada por estar también cercada, esto no permite que los visitantes que llegan por Madero o Seminario entren por ahí. Al centro de los tres cuerpos curvos se forma una plaza irregular, la más transitada de todas. Las lonas blancas que cuelgan de los tres cuerpos curvos ofrecen protección climática, pero también un espectáculo de movimiento según la fuerza del viento.
Esta configuración ha promovido la plaza como un espacio urbano para el paseo y el ocio al sugerir nuevos y múltiples recorridos en el zócalo. Los pabellones crean distintos accesos, pueden rodearse y también pueden atravesarse por los distintos pasos. Esto se ha fortalecido por la presencia de pórticos sin columnas que, ubicados en ambos lados de las curvas, permiten un movimiento fluido de los visitantes, sin aglomeraciones mayores o choques. Los pabellones han servido también para proteger del clima porque los pasillos están sombreados y ventilados, y porque protegen algo de la lluvia. El uso de color en las cubiertas, cuatro tonos por curva, se planteó como una manera de reinterpretar el comercio que se ha dado en el zócalo y los mercados sobre ruedas que son espacios familiares a los visitantes locales y atractivos a los extranjeros. Esta característica ha sido celebrada, no sólo por sus referencias, sino por la experiencia distinta que provoca en el lugar.
Debido a su configuración Paseo Parián logra ser un espacio abierto, permeable y múltiple para promover la hospitalidad y la diversidad. Al mismo tiempo ofrece a los visitantes una experiencia extraordinaria, cambiante y amable. Permite recorridos diversos y flujos continuos, acompañados de perspectivas distintas, al igual que sombras y espacios de descanso. Además, su escala dialoga con la escala de la plaza y de los edificios circundantes.
El proyecto se planteó como una respuesta a la condición urbana de la Plaza de la Constitución y como diálogo espacial con su historia a través de la fragmentación del espacio abierto y del replanteamiento de los usos y costumbres que en ella se han dado. Aunque la segunda parte pudo llevarse a cabo al crear plazas distintas de menor escala, la respuesta a la condición urbana tuvo que ser diferente. Al estar una tercera parte de la plaza en remodelación, el proyecto tuvo que desplazarse y modificarse para responder de la mejor manera posible a las nuevas contingencias. Esto provocó que se perdiera la intención de conexión con los ejes compositivos, los edificios, las llegadas peatonales y las salidas del metro, entre otras consideraciones. Al interior la feria funciona como se había planteado, salvo por algunos detalles como que las gradas hubieran funcionado mejor con una cubierta, que las lonas blancas se voltean con el viento y que no paran una lluvia intensa. Es la conexión con la ciudad la que se quedó trunca, sobre la plancha completa el proyecto hubiera sido mucho más efectivo.
La FICA es, y ha sido, un evento importante para la ciudad y sus habitantes, lo que se refleja en su constante crecimiento. No sólo impulsa el intercambio y conocimiento multicultural, sino que en sus últimas ediciones ha permitido al público vivir arquitecturas efímeras distintas a las carpas genéricas usuales. Para el gremio arquitectónico ha sido significativo por la posibilidad que ha abierto a jóvenes arquitectos para la experimentación con mega-estructuras. Para Colectivo de UNO este proyecto ha sido muy relevante, ha significado una oportunidad única por la exploración arquitectónica, por trabajar en la plaza más importante de la ciudad, y por todo el aprendizaje personal y laboral que ha implicado. Agradecemos mucho a todos los involucrados y sobre todo a los visitantes y usuarios que le han dado sentido a que Paseo Parián exista a lo largo de estas dos semanas.
Arquitectos: Colectivo de Uno
Ubicación: Zócalo, Plaza de la Constitución S/N, Centro, Cuauhtémoc, 06010 Ciudad de México, CDMX, México
Área construida por pabellón: Pabellón A (azul) 1,751.35m2, Pabellón B (rojo) 1,854.52m2, Pabellón C (verde) 1,854.52m2, Pabellón CDMX 451.80m2, Grada 151.26m2
Área construida total: 6,063.45m2
Colectivo de Uno: Jimena Hogrebe, Roberto Michelsen, Nicolás Vázquez, Helmut Balle y Sebastián Gnaedig
Colaboradores: Paulino, Diego García, Adán Silva, Alejandra Ramos, Emma Baca, Emilio Rubio, Mauricio Serfaty, Daniel Romero - TUUX, César Valencia
Asesores estructurales: Salvador Ávila y Efrén Franco Morales
Proveedores principales: Anpasa (andamios), Espacios y Conceptos (estructuras de aluminio y lonas), Eme Producciones (mamparas, electricidad/iluminación y logística), Cinépolis (equipo de proyección Pabellón CDMX)
Año: 2017
